Las fechas navideñas son días de fiesta, de estar con la familia, de perdonar esos pequeños excesos tanto culinarios como alcohólicos que en otra época del año se llevan a rajatabla, de salir y disfrutar con los más allegados y también de hacer regalos. Una tarea que cada año se antoja más complicada. El impulso consumista de esta sociedad en la que vivimos hace que las personas de clase media y, por supuesto, alta, que viven en los países desarrollados tengan casi de todo. Si a esto le unimos las penurias económicas que están afectando a muchas personas a lo largo y ancho de la esfera terrestre, la dificultad se multiplica.

Aun así, siempre hay personas que ya tienen decididos los regalos para cada uno. A lo largo del año han escuchado a su marido, su novia, su hermano o su madre decir alguna vez eso de: “necesito esto” o “mira que bonito es eso”. Solo hay que acordarse, asegurarse de que todavía nadie se lo ha comprado y un problema menos.

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Otro de los recursos muy habituales cuando se echan encima las fechas señaladas para hacer regalos, y la cabeza ya no da para más, es pensar en las aficiones, los hobbies de cada uno. Siempre puede haber algo relacionado con su mayor pasión que le haga una ilusión infinita recibir por muy absurdo que pueda parecer el regalo para otras personas.

Si es un experto en vino, de esos que siempre que vas a su casa no para de enseñar la bodega, puedes comprar una cara botella de un buen caldo, o alguno de los miles de artilugios que existen alrededor de él. Abridores con formas bonitas, aparatos para que el líquido no gotee al servirlo, abrazaderas para mantenerlo frío, un sinfín de oportunidades.

Pero hay más, también son muchas las posibilidades de regalos de reyes para amantes del poker. Un set completo de fichas, tapete y cartas, el pack oficial de las World Series of Poker (WSOP), cartas con las caras de sus cantantes famosos, e incluso cartas con imágenes de las películas del más famoso agente secreto de todos los tiempos, James Bond.

Porque son muchos los fans de 007. Para ellos también hay muchas oportunidades si lo que se quiere es que reciba un regalo acorde con su pasión por el agente secreto del MI6. Si el detalle es serio, se puede comprar una réplica del famoso Aston Martin que conduce, o un reloj Omega como el que adorna la muñeca de Bond o, por supuesto, todas las películas del agente secreto, desde la primera versión de Casino Royale del 1976 hasta Skyfall del 2012.

Pero si se prefiere enfocar el regalo a una vertiente un poco más friki también son varias las opciones. Una escobilla de baño cuya forma imita la de la pistola de Bond, cubitos de hielo que se asemejan a las balas que utiliza 007 o incluso una botella Lillet para que el obsequiado pueda prepararse los martinis al estilo de su ídolo.