“El Sr. Bond, Su Majestad…”
La ceremonia inaugural de los XXX Juegos Olímpicos de la era moderna ha comenzado. Sin embargo, todo el mundo se pregunta: ¿dónde estará la Reina?
Palacio de Buckinham. Un típico taxi británico (matrícula H315 XYW) se dirige hacia Palacio, donde unos “bobbies” le dejan entrar sin mayor problema.
Unos niños brasileños que visitan el Palacio observan descender al pasajero del taxi, quien decididamente sube las escaleras hacia su destino, los aposentos de la Reina. Los perritos de la Reina juguetean. Por fin vemos al hombre: es Bond. James Bond.
Bond, en el corazón de Inglaterra, sonríe satisfecho.
El mayordomo le introduce en la cámara real, presentándolo: “Mr. Bond, Majesty” (El Sr. Bond, Majestad”).
La Reina Isabel no parece darse por enterada, ya que continúa trabajando en su escritorio. Bond se impacienta. Son ya las ocho y media. Carraspea para llamar la atención de la Reina.
Por fin Su Majestad se levanta y saluda a Bond:
“Good evening, James”.
“Good evening, Majesty”, responde Bond.
Su Majestad sale de sus habitaciones escoltada por James Bond.
Ambos se dirigen al exterior donde suben a un helicóptero que les llevará al Estadio Olímpico. Bond se despide irónicamente de los perritos de la Reina.
El helicóptero sobrevuela Londres. Bond controla todo mientras la Reina saluda a los londinenses y estos le devuelven el saludo. Trafalgar Square, el Big Ben, el Parlamento. Todos saludan. ¡Incluso la estatua de Winston Churchill les saluda! Bond, flemático, mantiene la compostura.
Son ya las nueve menos veinticinco.
Pasan por el Ojo de Londres y por el Puente de Londres, ataviado para la ocasión con los aros olímpicos.
Finalmente el helicóptero llega al Estadio Olímpico de Stratford.
El piloto, con el pulgar en alto, da la señal a Bond de que todo está bien.
007 se desprende de sus cinturones de seguridad y abre la puerta de la aeronave. Verifica su entorno y sonríe.
Entonces ¡la Reina de Inglaterra se lanza en paracaídas! seguida por Bond. Mientras oímos el tema de James Bond, los paracaídas se abren mostrando, no podía ser de otra manera, la bandera británica.
Su Majestad aparece en el palco, a tiempo, y 007, con su misión cumplida, desaparece.
La ceremonia puede continuar.
Visita el apartado “Capturas” de nuestra galería de imágenes para ver las 68 capturas de esta simpática secuencia pre-créditos de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.