Crónica final de nuestra Convención
Epílogo, por Joan Casanovas (@Archivo007)
No soy de quejarme mucho, puede que sea un defecto, aunque, curiosamente, las personas que me he encontrado en la vida que siempre se quejan (suelen ser las mismas), en muchas ocasiones no tienen razón. Dicho esto, voy a quejarme.
Me quejo porque la organización de la 12ª Convención fue todo un panorama para morir desde el minuto 1. Tuvimos problemas para encontrar hotel porque el último fin de semana de agosto Madrid vivía un evento importante y estaban todos ocupados.
Tuvimos problemas con el precio astronómico de la sala del NH que subió más de un 40% y hubo que regatear.
Tuvimos problemas con el astronómico precio de la cena del NH ante lo que poca cosa pudimos hacer.
Tuvimos problemas intentando encontrar restaurantes que, estando cerca del NH, por un precio razonable aceptaran atender a un grupo tan numeroso.
Tuvimos problemas con la anulación en masa de las reservas del DormirDCine 15 días antes del evento, por unas obras que se alargaron más de la cuenta.
Tuvimos problemas con la reserva del Artistic Metropol (mea culpa, se me pasó a mí) y, cuando llamamos, la sala estaba ocupada.
Tuvimos problemas con la entrega de las camisetas, que, pese a indicar el nombre de la persona de contacto en el NH, vinieron sin dicho nombre. Además, tras aclarar lo del nombre, el NH luego las ubicó en una sala ajena al evento y, por momentos, no teníamos camisetas.
Tuvimos problemas con el Cine Embajadores, primero por no aceptar un Blu-ray y necesitar una copia digital de la película (DCP) y, luego, por un malentendido en el pago ya que nos faltaba el dinero del IVA…
Y el colofón final fue ya, a título personal, al llegar en AVE a Barcelona olvidé mi bolsa de regalos de la Convención en el tren, me di cuenta al llegar a casa…
Afortunadamente, tenemos gente en todas partes.
Rocío peinó con raya Madrid para encontrar un restaurante del que todos salimos encantados para el sábado (ya tenemos sustituto del Tagliatella), además de gestionar fantásticamente el VIPs del viernes y el Gino’s del domingo (con la dificultad añadida del cambio de domingo a última hora).
David nos consiguió una copia de Panorama para matar en DCP y, Charo, el dinero (sin traición alguna) que nos faltaba para el pago del cine. Y, no menos importante, la buena predisposición de todos los asistentes que disfrutaron del evento, además de los mecenas que ayudaron con sus granitos de arena.
A todos, gracias, gracias, gracias infinitas, es por todos vosotros que la Convención de James Bond el año que viene…¡volverá!
PD: Me gusta que las películas de James Bond tengan un final feliz. Así que un agradecimiento honorífico al servicio de objetos perdidos de ADIF que recuperó mi bolsa. Nunca olvidaré la frase de la persona que me la entregó: «¡Qué contentos se van a poner los niños!«.
