Director de cuatro películas Bond: dos de Connery, dos de Moore
El director de Goldfinger. Solo con eso no sería necesario añadir más.
Guy Hamilton nació en París (su padre trabajaba en la embajada británica parisina) en 1922 y llegó a dirigir cuatro películas Bond. Aunque su nombre en el cine inglés no está a la altura de Chaplin, Lean o Hitchcock, seguramente sí esté en una honrosa segunda división de artesanos que trabajaron mucho e hicieron grandes películas.
Su primer trabajo importante fue el de ayudante de dirección en el clásico El Tercer Hombre (1949) de Carol Reed, en la que llegó incluso a poner su sombra en la famosa escena final de Orson Welles huyendo por las alcantarillas…
Tras trabajar en La Reina de África (1951, John Huston), Hamilton dirigió películas como An Inspector Calls o The Colditz Story y Saltzman y Broccoli le ofrecieron dirigir Dr. No. Por no poder ir a Jamaica tanto tiempo tuvo que rechazarla, pero cuando Terence Young dijo no a Goldfinger, Hamilton se subió a la Bondmanía.
Tras dos Bonds geniales, Goldfinger (1964) se convirtió en la película más icónica de la serie por apostar definitivamente por la espectacularidad: coches con ametralladoras, chicas doradas, humor ingenioso, un sombrero mortal… La serie Bond se convertía en el fenómeno mundial imparable que sigue siendo 50 años después.
Tras el éxito de Goldfinger, Hamilton trabajó con Harry Saltzman dirigiendo la película de espionaje con Michael Caine, Funeral en Berlín (1966), y la épica La batalla de Inglaterra (1969).
Cuando George Lazenby renunció a seguir como Bond, Hamilton fue llamado para introducir al nuevo Bond. Aunque finalmente Connery regresó, el director enlazó tres películas Bonds seguidas: Diamantes para la eternidad (1971), Vive y deja morir (1973) y El hombre de la pistola de oro (1974). Tres Bonds diferentes y con más humor, debido al guionista Tom Mankiewicz: casinos en Las Vegas, Bond en la blaxploitation o artes marciales… ¿Alguien da más?
Tras dejar la serie Bond, Guy Hamilton dirigió la interesante cinta bélica Fuerza 10 de Navarone (1978), con Harrison Ford, Robert Shaw, Barbara Bach o Richard Kiel e interesantes adaptaciones de Agatha Christie como El espejo roto (1980) en la que en un espectacular reparto lleno de estrellas estaba un joven Pierce Brosnan. Hamilton estuvo muy cerca de dirigir Superman o Batman, pero, por diferentes razones, fue sustituido.
Gracias por la Bondmanía, señor Hamilton.
Descanse en paz.
Palabra de James Bond:
{socialbuttons}
