Nuevo local, mismo éxito
Crónica de Alberto López (claalc).
El pasado fin de semana celebramos las XXIV Jornadas Bondianas en Santander. En esta ocasión, trece socios y un invitado (Emilio) acudieron a la nueva cita cántabra. He aquí la clásica foto de grupo…
De izda. a drcha: Endika «Endika 007», un servidor, Luis «LUIS G NARBONA», Carlos Losada, Javier «Haujavi», Javier «Aficionadillo», José María «JM_Vanjav», Eduardo «Ebardo», Emilio, Montse «Tracy», Rocío «BIBI75», Iker «Keriwars», Pablo «Ian_Fleming» y David «007_David_Acín».
Como en ocasiones anteriores, el evento tuvo jornada turística por Santander. El viernes 18 por la mañana, visitamos la Iglesia Santa Lucía y el Museo Marítimo. Por la tarde, nos dio tiempo a echar un vistazo rápido a la librería especializada Nexus-4 antes de ir a recorrer el casco histórico de Cartes, famoso por sus torreones. Terminamos echando unas partidas de billar en Santander, en el bar Kue, antes de cenar en La Barruca de Calderón.
El sábado 19 comenzaron las jornadas con mi charla sobre Christopher Lee, titulada «El hombre del récord de oro». Hice un recorrido por su vida y obra con el habitual powerpoint de fotos y vídeos, y el formato concurso. No faltó, por supuesto, la exposición de Eduardo. Aquí la novedad residió en un cenicero de similar corte al visto en la escena de la partida de cartas de «James Bond contra Goldfinger» que se vio, más tarde, en el despacho de Moneypenny de «Operación Trueno».
Antes de la comida, tuvo lugar el IX Concurso Cómico. ¿La prueba más desternillante? La llamada «Goldfinger Challenge» porque exigió a los participantes jugar al golf ¡con un palo de juguete!
Tras la comida, vino el visionado de «GoldenEye» en la pantalla de 50″ con barra de sonido. ¡Sobra decir que estuvo espectacular! No se quedó atrás el XXXIV Gran Concurso de James Bond, donde llamó la atención la prueba de Javier «Haujavi», relativa a piezas de puzle. Y, como siempre, cada asistente se llevó su premio en función de su puesto en el ranking.
Las jornadas terminaron en la pizzería Britania con muy buen sabor de boca. Y sí, esto va con doble sentido: las pizzas estaban deliciosas y nos quedamos con ganas de volvernos a ver en otro de estos eventos bondianos porque salió todo de maravilla. Todos coincidimos en señalar que el nuevo local era de auténtico lujo, al disponer de infinidad de comodidades: sofás, vajilla, microondas, nevera, calefacción, WIFI, cafetera Dolce Gusto, etc.
(Más información y fotos en nuestra próxima revista física, la de enero)