Homenaje al maestro John Barry en el primer aniversario de su muerte

Sus iniciales eran JB, como las del héroe al que le creó su identidad sonora. John Barry, el hombre que tocaba la trompeta al son del jazz, o que movía sus inquietas manos al son de enérgicos temas o suaves melodías, dejó este mundo hace un año, un 30 de enero de 2011, tras sufrir, al igual que el mismísimo Ian Fleming, un ataque cardíaco.

No solo el mundo de James Bond estuvo de luto aquel dia, también lo estuvo el mundo de la música. Porque Barry ha demostrado cautivar a públicos de todas las generaciones y de todas las eras. Supo llenar los ojos de lágrimas a los románticos con su etérea melodía subrayando los escenarios del film África Mía, y ha hecho estremecer a los fans de James Bond con sus explosivas percusiones en De Rusia con Amor y Operación Trueno, junto con un sinfín de films más entre los que se hallan Una leona entre dos mundos (que le valió un Oscar), Danza con Lobos, Zulú y Midnight Cowboy, así como el pegadizo tema de la serie Dos Tipos Audaces, que protagonizaron Roger Moore y Tony Curtis.

John Barry Prendergast, nacido un 3 de noviembre de 1933 en Inglaterra, se dejó llevar por el mundo de las bandas sonoras gracias a su padre Jack, dueño de una cadena de cines. Tras estudiar piano y trompeta, formó una banda con seis de sus compañeros del ejército, a la que llamó The John Barry Seven. La banda llamó la atención de los ejecutivos de la discográfica EMI, siendo así compositor de temas como “Hit & Miss” y “Walk, Don’t Run”, hasta que finalmente participó en la música del film Beat Girl.

“Había un gran hombre llamado Noel Rogers que era jefe de publicaciones de United Artists Music en Londres” –recordó Barry en una entrevista en 2006- “Él fue quien me recomendó con Cubby (Broccoli) y Harry (Saltzman). Grabé la música con mi banda, The John Barry Seven… así empezó todo”[1]. El compositor y su banda tocaron así las notas del icónico “James Bond Theme” para el film de 1962, Dr. No, originalmente iniciado por Monty Norman, pero finalmente completado por John Barry, que transformó un tema de calipso llamado “Bad Sign, Good Sign” en un estridente sonido jazzista, que se usaría a lo largo de 22 films y atravesaría distintos estilos de música según la década: versiones disco a cargo de Marvin Hamlisch y Bill Conti, versiones más techno con David Arnold, e incluso las recreaciones electrónicas de Moby y Paul Oakenfold. Técnicamente, se reconoce a Monty Norman como el creador oficial del “James Bond Theme”, pero lo cierto es que Barry lo convirtió en la mítica melodía del agente secreto más popular de la historia del cine.

Su primera banda sonora completa de James Bond fue el segundo film de la serie, De Rusia con Amor, estrenado en 1963. Valiéndose de bongos, tambores y trompetas, Barry demostró ser capaz de definir el sonido Bond, además de introducir un segundo tema característico de Bond: el tema “007”, que también se dejó oír en Operación Trueno, Sólo se vive dos veces, Los Diamantes son Eternos y Moonraker. Este tema tenía particular presencia en las escenas donde se enfrentaban los “ejércitos” del mal y del bien (una tradición muy usada en los primeros films, donde las fuerzas del villano de turno se medían contra Bond y su troupe de aliados ocasionales).

Goldfinger nos presenta un score más relajado que el anterior. La música ya no es tan dramática, sino más divertida, con sonidos metálicos cortos y repetitivos, para estar a tono con la trama más caricaturesca que ofrece el tercer film de la serie. La película de 1964 no sólo es una de las bandas sonoras más recordadas, sino que también marca la primera participación en la serie de Shirley Bassey para cantar el tema principal.

En 1965 se estrenó Operación Trueno, el cuarto film de la serie, nuevamente dirigido por Terence Young, donde Barry redobló el dramatismo que ya había usado en De Rusia con Amor. Sus temas eran más oscuros para musicalizar las épicas batallas submarinas, pero también dejaba espacio para sonidos armoniosos que decoraban los paradisíacos parajes de las Bahamas. Dentro de la banda sonora, Barry recurre a las notas de los dos temas principales del film, “Mr. Kiss Kiss Bang Bang” (con dos versiones por Shirley Bassey y Dionne Warwick, ambas descartadas), y “Thunderball”, a cargo de la imponente voz del galés Tom Jones. “Los productores preferían un tema que incluyera el título del film en la letra, porque al ser emitido por radio, era publicidad gratuita para el film”[2] , dijo el compositor al recordar la decisión a último minuto de cambiar el tema principal.

Sólo se vive dos veces, de 1967, presentó un estilo único en Barry. Alejado del dramatismo de De Rusia con Amor y Operación Trueno, y también lejos de las pegadizas marchas de Goldfinger, el compositor nos brindó suaves acordes que representaba la llegada de Bond a tierras niponas, sin dejar de lado la música siniestra para las escenas donde el villano Blofeld lleva a cabo el secuestro de las naves espaciales americanas y soviéticas.

La llegada de un nuevo Bond, George Lazenby, en Al Servicio Secreto de Su Majestad, no supuso problema alguno para Barry, pueso que se trata de uno de sus mejores trabajos en la serie. Usando trompetas alpinas y sintetizadores, proveyó un tema instrumental para los títulos de crédito, que se repetiría frenéticamente durante las persecuciones en esquí que contiene el film, y un tema romántico para las escenas de amor entre Bond y Tracy, “We Have All The Time in The World”, cantado por Louis Armstrong poco antes de su muerte. Asimismo, volvió a las melodías líricas e interminables para las tomas de las locaciones en Suiza. Además, el compositor se aseguró de hacer especial énfasis en el “James Bond Theme”: “Mi objetivo era hacerlo lo más bondiano posible a través de la musica”[3], afirmó Barry.

El regreso de Sean Connery en Los Diamantes Son Eternos, de 1971, supuso la idea de volver al film más popular de la serie: Goldfinger. Así fue que Guy Hamilton volvió a ocupar la silla de director, Shirley Bassey volvió a cantar el tema principal, y John Barry volvió al estilo de música del tercer film de la serie, agregando compases sensuales que se adaptaban a los escenarios de Las Vegas.

Aunque no estuvo presente en la llegada de Roger Moore al rol de 007 en Vivir y Dejar Morir, Barry fue llamado para componer la música de El Hombre del Revólver de Oro, de 1974. Al igual que Solo se vive dos veces, el film se desarrollaba en tierras orientales, como Bangkok y Hong Kong, por lo que las cuerdas orientales volvieron a tener lugar en el álbum, así como se introdujeron sonidos de jazz y dixie-land. Al igual que en Goldfinger, Barry volvió a yuxtaponer las versiones instrumentales del tema principal cantado por Lulu y el “James Bond Theme”.

En 1979, después de combatir a un megalómano que soñaba con la vida bajo el mar en La Espía que me Amó, James Bond viajaría al espacio para enfrentarse a un loco que quería acabar con la raza humana y formar una raza maestra en el espacio en Moonraker. Tras ausentarse del film anterior, Barry trajo sonidos Bossa Nova y marchas espaciales que mezclaban percusión con notas melódicas. Shirley Bassey ofreció su última participación cantando el tema principal, uno de los mejores de la serie y convenientemente instrumentalizado por Barry en los momentos románticos entre Bond y las chicas de turno. El compositor también rindió tributo a otros films que hoy son considerados clásicos: Encuentros cercanos del tercer tipo y Los siete magníficos.

Después de los sonidos disco de Bill Conti en Solo para sus ojos, John Barry regresó en el film de 1983, Octopussy, cuyo sonido se compuso de románticos saxos y desenfrenados sonidos de viento, con un marcado uso del “James Bond Theme”, para rivalizar con la producción no oficial, Nunca digas nunca jamás.

Para 1985, John Barry era una estrella en el mundo de la música, que contaba en su currículum con varios éxitos y dos Oscars. Ese año, le llegaría un tercer galardón de la academia por su excepcional trabajo en África Mía, además de su onceava participación en la serie de Bond, En la mira de los asesinos. Barry se unió a los integrantes Duran Duran para componer el tema principal, “A View to a Kill”. Fue John Taylor el miembro del grupo que le propuso al productor Albert R. Broccoli cantar un tema para Bond, siendo él un gran admirador de la serie y de la carrera de Barry en particular. Conservando la tradición del compositor, el tema tuvo también su versión melódica para las escenas entre Roger Moore y Tanya Roberts, así como una breve fanfarria del tema usado cuando Bond sale exitoso de una trampa mortal. John Barry no solo volvió a la musica amenazante y dramática, extrañada en muchos álbumes anteriores, sino que también hizo uso de una melodía que recuerda mucho al tema de Al Servicio Secreto de Su Majestad, que se repite seguido en el film.

Un compositor tan grande como John Barry merecía una despedida apoteótica de la serie de films a la que le dio parte de su identidad. Fue así que su última participación en la serie, Su Nombre es Peligro, de 1987 y ya protagonizada por Timothy Dalton como James Bond, supuso un trabajo excelente, con grandes usos del “James Bond Theme”, y una mezcla entre las características de sus trabajos anteriores: tanto música de suspenso como musica pegadiza y repetitiva. El autor no solo sacó porvecho del tema principal cantado por A-ha, “The Living Daylights”, sino que también de los otros temas vocales del film, “Where Has Everybody Gone?” y “If There Was a Man”, a cargo del grupo pop británico, The Pretenders. Los dos primeros temas fueron reversionados para las escenas de acción del film, mientras que el último aparecía en los momentos románticos entre Bond y Kara, y su versión vocal durante los créditos finales. Pero la gran despedida del autor llegaría en los últimos minutos del film, realizando un cameo como director de una orquesta.

John Barry fue luego sucedido por Michael Kamen (Licencia para matar), Eric Serra (GoldenEye), y muy especialmente por David Arnold, un fan de su música que ha modernizado sus trabajos incluyéndolos sutilmente en los films de Bond de Pierce Brosnan y Daniel Craig. En el año del cincuentenario de 007, es tarea del norteamericano Thomas Newman, compositor de Belleza Americana  y Cadena de Favores, mantener viva la llama de su creatividad en Skyfall.

Su fallecimiento fue una verdadera pérdida para el mundo del espectáculo. Una pérdida casi personal para cualquiera que se haya embelezado o estremecido con sus temas. No obstante, siempre que en nuestro reproductor de sonido favorito suene la banda de sonido de Operación Trueno, Goldfinger, o Al Servicio Secreto de Su Majestad sabremos que James Bond hoy no tendría el éxito que hoy tiene de no ser por sus eternas y majestuosas melodías, y, más importante aún, que su leyenda está más viva que nunca.

¡Música maestro!

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[1] John Barry, citado por Laurent Bouzerau en The Art of Bond, Abrams, Nueva York, 2006.
[2] Ídem.
[3] Ibídem.