Fallece el James Bond más querido
Este martes 23 de mayo queda marcado para siempre en el mundo Bond como el día en que nos despedimos de sir Roger Moore.
Este fue el comunicado oficial de sus hijos:
SIR ROGER MOORE KBE
Actor- Embajador de UNICEF- Autor
Con profundo dolor de corazón tenemos que anunciar que nuestro padre, sir Roger Moore, ha fallecido hoy en Suiza, después de una corta pero valiente lucha contra el cáncer. El amor que le rodeó en sus últimos días no se puede medir solo con palabras.
Sabemos que nuestro amor y admiración se multiplicará por todo el mundo gracias a gente que le conoció por sus películas, sus series de televisión y su apasionado trabajo por UNICEF, que él consideraba su mayor logro.
El cariño que nuestro padre sentía cada vez que subía a un escenario o se ponía delante de una cámara le animaba inmensamente y le mantuvo trabajando hasta sus 90 años, hasta su última aparición sobre el escenario en noviembre de 2016 en el Royal Festival Hall de Londres. La audiencia que llenaba el recinto le aplaudió de tal manera que temblaron los cimientos del edificio, situado a muy poca distancia de donde había nacido.
Gracias, Papá, por ser tú y por ser tan especial para tanta gente.
Nuestros pensamientos se vuelcan ahora en ayudar a Kristina en estos difíciles momentos. De acuerdo con los deseos de nuestro padre, habrá un funeral privado en Mónaco.
Deborah, Geoffrey y Christian.
Probablemente Roger Moore (1927-2017) no será recordado como el James Bond más fiel a Fleming o como el mejor actor en interpretar al personaje, pero sí quedará en la memoria colectiva como el más simpático, el más agradable y el más querido por el público.
No vamos a recordar en estas líneas su carrera pues la tenemos reseñada en nuestra página y hablamos de ella en nuestro foro todos los días. Sí conviene recordar su humildad, su sentido del humor, su amistad con Cubby Broccoli y el inmenso mérito que tuvo al demostrar que había Bond tras Sean Connery y que se podía resucitar una serie que parecía condenada a la extinción en los setenta.
Sus películas Bond nunca fueron admiradas por los críticos pero demostraron dar con la clave adecuada para sobrevivir y adaptarse perfectamente al nuevo cine: blaxplotation, artes marciales, ciencia ficción espacial, Indiana Jones, microchips…
El James Bond de Roger Moore era capaz de eso y de más, pues sabía que el truco estaba en sonreír y hacer sonreír. Tal vez Ian Fleming no hubiera reconocido a su héroe en Moore, pero hubiera quedado petrificado al ver cómo 007 se convertía en un ídolo mundial que rompía taquillas en la Tierra y ¡más allá!
Pero, como decíamos, no es solo el cine, el arte y las centenares de horas que nos ha regalado Roger para llenar nuestras vidas. No. Lo más importante era la persona. Durante décadas Moore se convirtió en embajador de UNICEF y siempre dijo que era su trabajo más importante, su verdadera pasión y por lo que quería ser recordado.
Cuando alguien fallece es normal que las muestras de cariño sean incontables. Con Roger Moore el impacto global ha sido espectacular:
Por terminar con un perfecto resumen, Marc Haynes, cómico y escritor inglés, ha contado una historia que se ha hecho viral en las redes.
Haynes contaba que cuando tenía siete años e iba de viaje con su abuelo vio a Roger Moore en un aeropuerto. Su abuelo no sabía quién era James Bond, ni Roger Moore, pero su nieto, como cualquiera de nosotros hubiera soñado, quería un autógrafo de «James Bond».
«Mi nieto dice que usted es famoso, ¿podría firmarle un autógrafo?» Siempre caballeroso, Roger le preguntó su nombre y firmó.
Cuando Marc ocupó su asiento se dio cuenta de que había un error: ahí no ponía «James Bond», sino «Roger Moore». Marc no tenía ni idea de quién sería ese tal «Roger», por lo que le pidió a su abuelo que volviera a pedirle un autógrafo real.
Roger Moore llamó al niño con la mano y este se acercó. Cuando estaba a su lado, Roger miró a un lado y a otro, levantó la ceja y le susurró: «Tengo que firmar como Roger Moore, porque en caso contrario Blofeld sabría dónde estoy.» Y le pidió que guardara su secreto. Marc volvió extasiado junto a su abuelo y este le dijo: «¿Ya te firmó como James Bond?» «No. Me había equivocado.» Ahora trabajaba para James Bond…
Sin embargo, la historia no acaba así. Muchos años después, Marc Haynes trabajó para UNICEF y volvió a encontrarse con Roger Moore. Le contó la historia del aeropuerto y Roger contestó: «Bueno, no me acuerdo, pero me alegro de que pudieras conocer a James Bond».
Y la guinda vino después. Cuando terminaron el trabajo y se iban a los coches, Marc se cruzó con Roger en un pasillo. Este se paró, miró a los lados y le dijo en voz baja: «Por supuesto que recordaba nuestro encuentro, pero no dije nada delante de toda esa gente porque alguno podría trabajar para Blofeld…»
Marc quedó tan admirado y emocionado con 30 años, como a los 7.
Nosotros, también.
Gracias, Rog. El Santo vuelve al cielo.