Las campañas de marketing, el merchandising y los resultados de taquilla de la décima aventura oficial de James Bond
La pre-producción de La espía que me amó fue complicada, y El hombre de la pistola de oro pudo muy bien haber sido la última de la serie debido a los problemas económicos de Harry Saltzman, quien se vio obligado a vender su parte de la compañía a EON. También hubo amenazas legales por parte de Kevin McClory, quien afirmaba ver similitudes de la futura película con Operación Trueno. Sin embargo, esa demora resultó en una de las mejores de la serie, gracias a la tenacidad de Albert R. Broccoli.
En mayo de 1976 se anunció la producción de The Spy Who Loved Me.
En la prensa española aparecieron noticias referentes a los principales atractivos de la película: Roger Moore, Barbara Bach, Richard Kiel, el Lotus Esprit, etc.
El rey Hussein de Jordania visitó los estudios Pinewood y el set de la película.
Con La espía que me amó, Broccoli se dio cuenta de que tenía un ganador y lanzó una campaña de marketing masiva. El artista Bob Peak produjo un diseño de cartel inusual y vanguardista en el que se enfatizaba el sentimiento épico de la película en vez del personaje de 007. En Inglaterra, la Open University de la BBC emitió un largo documental sobre cada aspecto de la creación de la película. El reparto y el equipo viajaron por el mundo publicitando la película en todo tipo de medio imaginable y Roger Moore grabó presentaciones exclusivas para los anuncios de televisión americanos.
En cuanto al merchandising, se lanzaron una larga lista de productos. Tras una ausencia de seis años, Corgi Toys de Inglaterra renovó su larga asociación con la franquicia Bond produciendo la más amplia selección de juguetes relacionados con una película de 007. Después de que el Aston Martin DB5 fue aclamado como el coche de juguete más vendido de todos los tiempos, Corgi se dio cuenta de que el último vehículo de Bond – el anfibio Lotus Esprit – también podía aspirar a convertirse en un éxito de ventas. Lanzado en junio de 1977, el Lotus Esprit de James Bond se convirtió en el objeto por separado mejor vendido de todos los de Corgi desde 1973. Durante los primeros seis meses, se vendieron alrededor de 660.000 coches. Cuando fue retirado en 1981, la figura había vendido más de 1,5 millones de unidades. Tal fue la duración de su popularidad que Corgi relanzó el Lotus Esprit de 007 por el 21º aniversario con una edición limitada conmemorativa. Acompañando al Lotus, se produjo un modelo del helicóptero Jet Ranger de Stromberg. Tanto el Lotus como el helicóptero se produjeron a menor escala, comúnmente conocida como Corgi Juniors. Estos dos juguetes – junto con un coche Mercedes (completado con cemento en su parabrisas), una lancha en un tráiler y la furgoneta de teléfonos de Tiburón – formaban parte del ‘Set de regalo La espía que me amó’.
En Australia, un champú de baño se empaquetó en botellas con forma de Lotus. En Japón, se podía encontrar un modelo del coche muy detallado. Una versión del Lotus con batería que podía funcionar en el agua estaba disponible en Estados Unidos. Otros coleccionables incluyeron un folleto de souvenir americano y una serie de puzles para niños en Canadá.
Por primera vez apareció una novelización de la película, escrita por el guionista del film, Christopher Wood.
El estreno de la película fue en el tradicional cine Odeon, el 7-7-77, con asistencia de la familia real británica.
Cualquier duda de que Bond volviera a estar de moda con el público fue rápidamente disipada por los resultados de taquilla de La espía que me amó. Los beneficios internacionales fueron de 185 millones de dólares, incluyendo 47 millones de dólares del mercado americano (más del doble de los beneficios obtenidos en El hombre de la pistola de oro). Para el lanzamiento de la película, la United Artists cambió a una política de estrenar la película sólo en un limitado número de salas de cine seleccionadas en Estados Unidos en vez de estrenarla por todo el país. La estrategia funcionó y La espía que me amó se estrenó en la significativa fecha del 7-7-77 y es recordada como un gran triunfo – a pesar de los récords de beneficios conseguidos por Star Wars, que se había estrenado justo semanas antes (en mayo). Los críticos también fueron amables con la película, aparentemente agradecidos de que Broccoli hubiera vuelto a la fórmula antigua.
En España la promoción se basó en el poster de Bob Peak, pero también se utilizaron fotos promocionales de Roger Moore, Barbara Bach y Richard Kiel. Se recomendaba verla desde el mismo principio, por el impactante salto de la secuencia pre-créditos. Y también se anunciaba con aviso impensable para las películas de Connery: es una película para toda la familia, niños incluidos.
Estas son algunas críticas de la época:
El Comercio (Gijón), 15 de enero de 1978:
La Voz de España (San Sebastián), 24 de diciembre de 1977:
El Diario Vasco (San Sebastián), 29 de diciembre de 1977:
La Vanguardia Española (Barcelona), 5 de octubre de 1977:
Mundo Deportivo (Barcelona), 29 de octubre de 1977:
Diario de Gerona, 17 de junio de 1982:
ABC Madrid, 10 de enero de 1978:
ABC suplemento Blanco y Negro, 18 de enero de 1978:
Hoja del Lunes de Madrid, 9 de enero de 1978:
Crónica de Albacete, 1 de febrero de 1978:
Fuera de los circuitos comerciales, durante los años ochenta la película también se proyectó en cine-clubes.
La espía que me amó fue la primera película de la serie Bond en aparecer, legalmente, en formato de video doméstico en 1984, a través de Warner Home Video.
La película fue proyectada en televisión por primera vez en España a través de los canales autonómicos en diciembre de 1993. Los críticos destacan su espectacularidad y la presencia del villano Tiburón.