Algunos secretos de Bond 25

La película tiene la secuencia pre-créditos más larga de la serie, con 23 minutos y 45 segundos. Superando a los 14 minutos y 5 segundos de El Mundo No Es Suficiente.

Durante el rodaje en el lago Langvann de Hakadal (Noruega), ocurrió que este empezó a derretirse porque se trataba de un invierno más cálido de lo normal, de modo que la cabaña que habían construido empezó a hundirse en el hielo. La solución pasó por apoyar el edificio en pilotes con presteza.

Hablando de localizaciones, la base aérea de la RAF (Real Fuerza Aérea) de Brize Norton (Oxfordshire) sirvió como base de la OTAN en Noruega en la película. El ejército británico se mostró de lo más colaborador porque también permitió el empleo del avión C-17 Globemaster así como suministró tropas de la Caballería Real.

Ana de Armas no se dobló a sí misma en la versión en castellano. Laura Monedero, como de costumbre, le prestó su voz, constituyendo su primer trabajo para la franquicia del espía británico. Otras películas en las que ha doblado a la actriz cubana han sido, por ejemplo, Blade Runner 2049 (2017) o El agente invisible (2022).

Lashana Lynch no había visto ninguna película Bond antes de que fuera escogida como Nomi. Una vez le comunicaron que estaba en el proyecto, se puso a verlas todas, desde Agente 007 contra el Dr. No (1962) hasta Spectre (2015), para prepararse adecuadamente para el papel.

Lupita Nyong’o, famosa por haber encarnado a Maz Nakata en la Trilogía de Secuelas de Star Wars y a Nakia en la saga de Black Panther, pudo haber encarnado a Nomi si no llega a tener problemas de agenda: se había comprometido, curiosamente, con otra cinta de espionaje, Agentes 355 (2022) y con The Killer (2023).

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Se rumoreó que Andy Serkis (Gollum en la saga de El Señor de los Anillos) reemplazaría a Christoph Waltz como Blofeld en caso de que el actor germano-austríaco optara por no repetir en el papel.

Rami Malek estuvo a punto de quedarse fuera del filme porque sus agentes no se molestaban en responder las llamadas telefónicas de los productores. No fue hasta que la directora del casting, Debbie McWilliams, asistió a la proyección previa de Bohemian Rhapsody (2018) cuando se le pudo invitar a una audición. Una vez el actor aceptó el papel, puso una única condición: que Safin no fuera ni el típico megalómano que se ríe a carcajadas ni el no menos clásico terrorista de alguna etnia religiosa.

Técnicamente hablando, es la tercera vez que la franquicia hace uso de Noruega. La primera ocasión tuvo lugar en Solo se vive dos veces (1967): fue allí donde se obtuvo el plano que muestra el exterior de la estación de radar rusa. En realidad, se corresponde con Mågerø, una pequeña península situada al sur de la ciudad noruega de Tonsberg. La segunda vez que se rodó en el país nórdico aconteció en Muere otro día (2002): algunos planos relativos a Islandia, como un par de la persecución de coches entre Bond y Zao, se filmaron en el Parque Nacional del Glaciar Jostedal, correspondiente a la pequeña localidad de Luster. Ahora bien, Sin tiempo para morir marca la primera vez en que Noruega aparece como tal y constituyendo una de las localizaciones principales de la cinta.

El rodaje del teaser de Matera supuso 15 días de trabajo a un equipo formado por 450 personas.

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Se utilizaron 120 kilogramos de explosivos para conseguir los tres estallidos de los misiles que acaban con la base de Safin. También exigió 150 litros de combustible. Cada una de las explosiones se rodó a una distancia diferente —230, 130 y 30 metros— en un terreno propiedad del Ministerio de Defensa británico, localizado en Salisbury Plain (Inglaterra) y de 240 kilómetros cuadrados de extensión.

El Instituto de Cine Noruego (NFI) hizo entrega de 5.500.000 dólares a la producción por rodar en su país. Se trató del mayor incentivo de este tipo de la historia, superior incluso al que se había otorgado a Misión imposible: Fallout (2018).

Por primera vez en la larga historia de la franquicia, se despidió al compositor inicialmente contratado, el colaborador habitual de Fukunaga: Dan Romer. ¿La razón? Diferencias creativas. Fue entonces, a finales de 2019, cuando los productores ficharon al gran Hans Zimmer.

Billie Eilish confirmó que había incluido un huevo de Pascua en su tema. Después de la segunda estrofa, metió lo que se conoce como un «sting» («punteo»), esto es, un conjunto de notas característico. En este caso, se trató de cuatro notas del James Bond Theme, aunque se escucha de forma muy sutil y con mucho eco.

Como era de esperar, el avión sumergible del desenlace y el ojo biónico de Primo —creados ambos vía CGI— no son factibles a día de hoy. Sí existen implantes de retina, pero su eficacia dista mucho de lo mostrado en esta película. A lo sumo, los pacientes, de forma progresiva y por medio de una larga rehabilitación, llegan a reconocer luces, letras, sílabas, formas, contrastes y movimientos.

Otro gadget que tampoco es factible en la actualidad es la nanotecnología inyectada en sangre. La smartblood vista en Spectre (2015) o el virus Heracles mostrado en la película que nos ocupa son completamente imposibles por múltiples razones, principalmente porque no se ha alcanzado el nivel tecnológico necesario en campos como la energía, la manipulación atómica o la computación. Esta nanotecnología, por cierto, está inspirada en las respirocytes, unas células microscópicas de sangre artificial planteadas de forma hipotética por Robert A. Freitas Jr. en 1998. Según su estudio, estos dispositivos serían capaces de emular las funciones de sus homológos orgánicos con motivo de complementar o reemplazar buena parte del sistema respiratorio humano.

Siendo la despedida de Craig como Bond, la cinta que nos ocupa incluye un mayor número de referencias a los 007 anteriores que de costumbre. Mismamente, la secuencia de títulos recuerda a Sean Connery por medio del empleo de unos círculos de colores de similar corte a los que aparecían en la intro de Agente 007 contra el Dr. No (1962). Al mismo tiempo, se recuerda a James Bond contra Goldfinger (1964) con el Aston Martin DB5; a Operación Trueno (1965) con un submarinista; a Casino Royale (2006) cuando una carta de póker resulta disparada; a GoldenEye (1995) cuando se combinan pistolas y estatuas; a Quantum of Solace (2008) cuando una mujer sale de la arena; y a Solo se vive dos veces (1967) cuando aparece un reloj de arena y la simbología británica. El hecho de que toda esta introducción guarde tantos guiños a películas anteriores constituye, a su vez, una referencia a 007: Al servicio secreto de Su Majestad (1969), que hacía lo propio en su secuencia de títulos.

Suena la versión instrumental y la cantada de We Have All the Time in the World, lo que nos recuerda a George Lazenby. Por cierto, Fukunaga, si bien es fan declarado de 007, no había visto la película del australiano antes de dirigir Sin tiempo para morir.

El concepto de que Bond visite la tumba de su amada al comienzo del filme nos trae a la memoria a Roger Moore y al teaser de Solo para sus ojos (1981).

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Otra escena que nos recuerda al difunto actor inglés es aquella otra en la que Bond liquida a Logan Ash porque es muy parecida a la de la muerte de Locque.

El guiño a Timothy Dalton está representado por la presencia del Aston Martin V8 Vantage, el mismo que utilizó el intérprete galés en 007: Alta tensión (1987). Bond lo saca de un garaje y lo conduce por Londres.

No falta, por supuesto, una referencia a Pierce Brosnan: la marca del puro que Bond descubre que alguien ha fumado en su casa jamaicana no es otra que Delectado, claro guiño a Muere otro día (2002).

Se puede ver el bulldog de porcelana de la difunta M en la escena antes citada del garaje, en la esquina inferior derecha de la pantalla. La pieza decorativa había aparecido tanto en Skyfall (2012) como en Spectre (2015).

Hablando de esta última, todo lo referente al intento de asesinato de Madeleine por parte de Safin, narrado al comienzo del filme que nos ocupa, procede de una línea de diálogo de aquella.

En el despacho de M pueden verse retratos de sus tres predecesores, interpretados por Bernard Lee, Robert Brown y Judi Dench.

La guarida de Safin está inspirada en el trabajo de Ken Adam para las películas de Connery. Los aposentos de Safin y el hecho de que el lugar se halle en una isla recuerda a Agente 007 contra el Dr. No (1962), mientras que la cueva donde se produce el suero recuerda a Solo se vive dos veces (1967).

Safin, por su parte, recuerda el Dr. No por su vestuario —en la parte final, luce un cuello Mao— y por tener una deficiencia física —en el rostro en lugar de las manos—. Además, Bond le señala que su pretensión de querer ser Dios es peligrosa, tal y como había hecho Connery con aquel otro villano.

La película batió récord mundial Guinness por la mayor cantidad de explosivos detonados en una sola toma de película: se utilizaron 136.4 kg de equivalente de TNT como parte del clímax final.

Cuando Bond lanza su chapa de visitante del MI6 a la papelera del escritorio de Moneypenny se referencia al clásico lanzamiento de sombrero al perchero que hacía el personaje al entrar en la oficina de la secretaria, sobre todo en la etapa Connery.

La película que nos ocupa no está exenta de referencias a elementos reales, como sus predecesoras. Su propio título, No Time to Die, se corresponde con el título británico de Tank Force (1958), una de las primeras cintas producidas por Cubby Broccoli. Aquí en España se la conoce como No hay tiempo para morir. Cuando Barbara descubrió que el título con el que habían dado se correspondía con una película de su progenitor por medio de IMDB, se volcó aún más con él.

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Cuando Bond pregunta «¿Quién es el rubio?» en referencia a Logan Ash, se trata de una broma interna porque constituye un guiño a la controversia que rodeó la elección del propio Daniel Craig en 2005 por el hecho de ser rubio. La prensa británica incluso lo llegó a llamar James Blonde (James Rubio).

La bebida que Bond se sirve en su residencia jamaicana es Blackwell’s Rum. Este ron nunca antes había aparecido en la serie, pero conecta el filme con el primero de la misma porque su productor no es otro que Chris Blackwell, mánager de localizaciones en aquella. Es más, desde 1956, Fleming mantuvo una relación muy estrecha con la madre de Blackwell, Blanche, y de ahí que recomendara a su hijo para el mencionado puesto en Agente 007 contra el Dr. No (1962).

El puro Delectado antes mencionado muestra «1952» en su etiqueta, el año en que Ian Fleming empezó a escribir Casino Royale (1953), la primera novela Bond.

Se dice que las gafas de sol de Nomi (Lashana Lynch) constituyen un guiño a Grace Jones porque llevó unas de similar corte en uno de sus videoclips musicales. (foto5)

En el ámbito del product placement (emplazamiento de producto), se podría citar que en el suelo del garaje donde Bond tiene el Aston Martin V8 pueden verse cajas de champán Bollinger, la marca más veces utilizada a lo largo de la saga.