Los aliados que prestarán su ayuda a 007 aparecidos en la vigésima aventura oficial de James Bond
Kenneth Tsang | General Moon
El General Moon somete a Bond a 14 meses de arresto y tortura por la supuesta muerte de su hijo en un intento de descubrir quienes son sus cómplices. Pese a ello, el General Moon es un aliado.
De pensamiento moderado, pretende unir el norte y el sur de Corea por medios pacíficos y para ello envía a su hijo, el Coronel Moon, a occidente para que se eduque. Al final de la película intenta detener a su hijo, convertido en Gustav Graves, cuando éste le desvela la verdadera naturaleza del satélite Icarus. Desgraciadamente esta valerosa acción le costará la vida a manos de su corrupto hijo.
Michael Madsen | Damian Falco
Arrogante y engreído agente de la NSA encargado del intercambio entre Bond y Zao, que cree que, debido a la tortura, 007 está filtrando el nombre de varios agentes chinos a los que Zao está matando. Burocrático y convencido de su inteligencia superior, Falco convence a M de su teoría, aunque al final de la película queda claro que estaba equivocado, para traquilidad de M.
Ho Yi | Sr. Chang
Director de hotel en Hong Kong, el Sr. Chang es en realidad un miembro de la Inteligencia China y colma a Bond de atenciones cuando éste se presenta en la recepción en un estado deplorable.
Aunque en un principio le tiende una trampa enviando a una falsa masajista para conocer sus intenciones, pronto se demostrará como un aliado de valor ya que informará a Bond del paradero de Zao, su enemigo común que ha asesinado a varios agentes chinos, y le ofrecerá un vuelo a Cuba para que pueda darle recuerdos de su parte.
Emilio Echevarría | Raoul
Director de una fábrica de tabaco Cubana, Raoul es en realidad un agente dormido del MI6. Aunque al principio desconfía de Bond, cuando éste se identifica y le deja claro que su objetivo no es Cuba sino un terrorista, entonces recibe toda su ayuda.
Se trata de un valioso aliado que descubrirá el paradero exacto de Zao en Cuba, le ofrecerá equipamiento y posteriormente descubrirá que el diamante que Bond ha conseguido de Zao pertenece a la mina de Gustav Graves.
Judi Dench | M
En El mundo nunca es suficiente M admitía que Bond era el mejor, aunque nunca se lo iba a decir. Este ablandamiento del personaje retrocede en Muere otro día y regresa al carácter frio de Goldeneye. Además, esta vez M desconfía de que Bond haya filtrado información en contra de su voluntad y está en contra del intercambio por Zao al considerarla una operación demasiado costosa y arriesgada. La tensión se suaviza ligeramente cuando en la estación abandonada de Londres M informa a Bond de la posible localización de Zao.
John Cleese | Q
Tras la muerte de su predecesor, Desmond Llewelyn, Cleese es ahora quien interpreta el papel de Q, aunque de forma algo distinta. Pese a compartir algunos rasgos con su predecesor («Nunca bromeo con mi trabajo»), el nuevo Q muestra un claro desdén hacia Bond y el trato que le dispensa a su equipamiento, algo con lo que su predecesor había aprendido a convivir.
Samantha Bond | Moneypenny
La aparición de Moneypenny al final de la película sorprende enormemente al conseguir besar a Bond, aunque pronto descubrimos que todo es fruto del sistema de entrenamiento de Q en Realidad Virtual.
Colin Salmon | Charles Robinson
Robinson se une a Falco y a varios agentes de la NSA en la frontera coreana durante el intercambio entre Bond y Zao. También lo vemos morir asesinado durante la secuencia de entrenamiento en Realidad Virtual en la que Bond no consigue proteger a M. Aunque sólo es simulación, la reacción de Bond ante la muerte virtual de Robinson es significativa.
Madonna | Verity
Verity es una popular profesora de esgrima del Blades que entre otros entrena a Gustav Graves y a Miranda Frost a quienes presentará a Bond. Graves aprovecha para retar en duelo a 007, aunque Verity no quiere apostar por un ganador. No se dice, pero resulta implícito que Verity es en realidad lesbiana. De su diálogo con Bond puede suponerse igualmente que quizás tuvieron un romance en el pasado.