Notas de producción con la ficha técnica, el reparto, los antecedentes y la sinopsis de la vigésima aventura oficial de James Bond

Ficha Técnica
Reparto
Origen
Gran Bretaña
James Bond
Pierce Brosnan
Rodaje
2002
Jinx
Halle Berry
Duración
134 Min
Gustav Graves
Toby Stephens
Modo
Technicolor
Miranda Frost
Rosamund Pike
Formato
2:35 Panavision
Zao
Rick Yune
Sonido
Dolby Digital DTS
M
Judi Dench
Producción
Eon / MGM
Q
John Cleese
Productor asoc.
Anthony Waye
Falco
Michael Madsen
Director Prod.
Terry Bamber
Coronel Moon
Will Yun Lee
Guión
Robert Wade
Neal Purvis
Dana Stevens
General Moon
Kenneth Tsang
Raoul
Emilio Echevarria
Director
Lee Tamahori
Vlad
Michael Gorevoy
Ayud. director
Gerry Gavigan
Sr. Kil
Lawrence Makoare
Director 2ª Un
Vic Armstrong
Charles Robinson
Colin Salmon
Director fotog.
David Tattersall
Moneypenny
Samantha Bond
Edición
Jim Clark
Empleado oficina
Ben Wee
Ef. especiales
Chris Corbould
Director Hotel
Ho Yi
Ef. visuales
Mara Bryan
Masajista
Rachel Grant
Especialistas
Vic Armstrong
Creep
Ian Pirie
Superv. espec.
Mark Henson
Dr. Álvarez
Simon Andreu
Música
David Arnold
Van Bierk
Mark Dymond
Tema
Madonna
Azafata de vuelo
Deborah Moore
Decorados
Peter Lamont
Conserje
Olivier Skeete
Vestuario
Lindy Hemmings
General Chandler
Michael G. Wilson
Sonido
Chris Munro
General Han
Daryl Kwan
Estilista
Martin Asbury
General Li
Vincent Wong
Storyboards
Tracey Wilson
General Dong
Stuart Ong
Títulos
Daniel Kleinman
Ayudante cubano
Manolo Caro
Reparto
Debbie McWilliams
Doctor
Paul Darrow

007 20

 

Antecedentes

En mayo de 2001 los productores, Barbara Broccoli y Michael G. Wilson, llevaban ya un año trabajando juntamente con los guionistas Neal Purvis y Wade. Su primer objetivo era encontrar qué era lo que preocupaba al mundo en ese momento y cómo encajar a James Bond en dicha preocupación. También estaban dispuestos a investigar nuevas facetas de Bond, ya que confiaban en las habilidades interpretativas de Brosnan.

Además, en honor al 40 aniversario de 007 como película icono y a la proximidad del 50 aniversario de las novelas de Ian Fleming, los productores no sólo decidieron rascarse el bolsillo a fondo para encontrar una actriz principal con pedigrí – consiguiendo nada más ni nada menos que a la oscarizada en el año 2001 Halle Berry – sino que además cargaron la película con referencias y homenajes a las 19 películas Bond anteriores, una práctica poco habitual hasta la fecha.

Durante la preproducción, Saffron Burrows, Salma Hayek y Whitney Houston fueron supuestamente consideradas para hacerse con alguno de los papeles de la película. También se rumoreó en torno a Billy Connolly para hacer de Coronel Moon en la secuencia inicial, aunque el actor rechazó la oferta.

En agosto de 2001 los productores fichaban a Lee Tamahori como director, a quien conocieron a través de su trabajo en Once Were Warriors.

La película parte de la conocida fórmula Bond, con una impactante secuencia precréditos que, en vez de terminar de forma cómica, finaliza con la captura de Bond por parte del Ejército Popular de Corea del Norte, tras lo cual Bond es torturado a lo largo de los créditos iniciales, algo nunca visto en películas previas. Muere otro día también incluye algunos intentos de acercar el personaje de Bond a una audiencia más joven, incluyendo dos escenas distintas en las que 007 hace surfing, una banda sonora más contemporánea (por David Arnold) y un uso intensivo de las tomas «slow-motion» al estilo Matrix.

Hubo críticas a Muere otro día para todos los gustos, especialmente por todos aquellos que están habitualmente en contra de las películas de acción (y sus secuelas). Muchos la vieron como una repesca de viejas ideas de la era Roger Moore que no encajaban con tomas «modernas» del género tales como las utilizadas en 24 y El Caso Bourne, y se rieron de los intentos por llegar a una audiencia más joven; los fans de la película respondieron que la citada «repesca de viejas ideas» simplemente era el homenaje que la película rendía a sus predecesoras, añadiendo que la encarcelación y tortura de Bond al principio de la película ya suponía romper de forma suficiente con recientes películas Bond. Algunos también sintieron que el excesivo uso de efectos especiales generados por ordenador era un punto en contra de uno de los mayores atractivos de las películas clásicas, en las que las escenas de acción, aunque absurdas, eran realizadas por especialistas en la vida real. La calidad de dichos efectos especiales en algunas escenas también fueron criticadas; pueden compararse la persecución en hovercraft del principio y la secuencia de surfing con la ayuda de un paracaídas hacia la mitad de la cinta.

La película también recogió opiniones pobres a lo largo de la península coreana, con el Norte descontento por su interpretación de estado brutal y belicista, y el Sur ofendido por la filmación de una escena romántica en un templo budista y otra en la que un oficial americano da órdenes al ejército Surcoreano en defensa de su propia tierra.

A pesar de las críticas, Muere otro día cosechó éxitos en el mundo entero.

La misión

Una persecución de alta velocidad en hovercraft a través de un campo de minas de la zona desmilitarizada que separa Corea del Norte de Corea del Sur, marca el inicio de esta nueva aventura de Bond.

Desde Hong Kong hasta Londres pasando por Cuba, Bond viaja alrededor del mundo para desenmascarar al traidor enemigo, y evitar una guerra de proporciones devastadoras. Por el camino, se cruza con la bellas Jinx y Miranda Frost, quienes se verán implicadas en la trama.

Tras la pista del letal megalomaníaco Gustav Graves y de su mano derecha sin escrúpulos, Zao, Bond viaja a Islandia hasta la guarida de Graves: un palacio construido completamente en hielo. Allí experimenta, de primera mano, el poder de una arma de alta tecnología. Finalmente, la acción nos lleva a una confrontación final de nuevo en Corea, donde la misión había empezado.