Los aliados que prestarán su ayuda a 007 aparecidos en la decimoséptima aventura oficial de James Bond
Se trata de un rudo pero amigable agente de la CIA que opera en San Petersburgo, Rusia, y actúa como contacto de Bond. Es un personaje diametralmente opuesto a Bond en todos los niveles imaginables. Se viste como Oscar Madison de La extraña pareja, habla con un tono ofensivo y está contento de conducir un antiguo coche soviético.
El personaje de Wade es mucho más adecuado para el talento de Don Baker que el del malvado Whitaker, al que interpretó en 007: Alta tensión. Wade podría haber cansado rápidamente a la audiencia, pero los guionistas limitaron su presencia en pantalla en sus breves pero refrescantes apariciones y volvería en la siguiente película.
Robbie Coltrane | Valentin Zukovsky
Es el jefe de la mafia rusa en San Petersburgo y un antiguo enemigo de Bond. En una secuencia excelentemente escrita, Bond le pide ayuda para localizar a Janus y a Zukovsky no le importa recordarle que aún le duele la pierna por un antiguo disparo de 007. En cualquier caso, ambos forman una extraña alianza – Bond interesado en la información y Zukovsky interesado en el dinero.
Zukovsky es un personaje potencialmente fascinante interpretado por el carismático Robbie Coltrane. El único misterio es por qué su tiempo en pantalla se limita tanto.
Tcheky Karyo | Dimitri Mishkin
Mishkin, el Ministro de Defensa ruso, inicialmente amenaza con ejecutar a 007 por el robo del Goldeneye. Sin embargo, eso es parte de una inteligente estrategia para hacer confesar a Natalia la verdad sobre lo ocurrido en Severnaya y la culpabilidad de Ourumov, de quien ya sospechaba. Desgraciadamente, al verse descubierto, Ourumov dispara a Mishkin mortalmente.
Judi Dench | M
El anuncio de que el nuevo superior de Bond iba a ser una mujer hizo suponer a los fans escépticos que se trataba de una decisión para ser políticamente correctos. Después de todo, ¿como puede Bond – el gran seductor de mujeres con mucha personalidad – recibir órdenes de un miembro del sexo débil?.
Con su primera escena en Goldeneye, Judi Dench hizo callar a los cínicos con un acercamiento al papel muy dinámico y con mucho sentido. Existe tensión real entre ella y Bond, especialmente en la soberbia escena en la que él admite verla como una burócrata interesada sólo en los números, mientras que ella responde que él es un «dinosaurio misógino y machista – una reliquia de la Guerra Fría».
En los últimos años, las secuencias entre Bond y M se habían convertido en pálidas sombras de aquellas maravillosas escenas con el Bernard Lee de las primeras películas. Con Dench en el papel, la relación toma una nueva mística entera. Aún existe respeto mutuo entre ambos, pero no se le da importancia, y por tanto es como si no existiera.
La interpretación del papel por Samantha Bond le aporta un aire de mujer liberada de los 90. Disfruta alardeando con Bond de sus varias citas y haciendo el papel de mujer difícil de conseguir. La relación entre ambos recuerda los días de Connery/Maxwell. Esta Moneypenny aún tiene ojos para 007, pero es obvio que está contenta con su relación evidentemente platónica.
A pesar de las nuevas caras dentro del MI6, los productores mantuvieron sabiamente a Desmond Llewelyn como Q – uno de los personajes más queridos de la serie. Llewelyn parece confiado al tener la oportunidad de hablar con su quinto actor 007 y Brosnan parece honrado por recibir sus críticas. Q le da a Bond el preceptivo paseo por su laboratorio y le presenta el BMW Z3 Roadster. También arranca una carcajada cuando le quita desesperadamente a Bond un supuesto gadget camuflado como un bocadillo diciéndole «No lo toque, ¡es mi almuerzo!».
En las novelas de Ian Fleming el personaje de Tanner es el jefe de personal y tiene una cercana amistad con 007. Su única anterior aparición en pantalla fue en Sólo para sus ojos, película en la que James Villiers fue elegido para el papel como una figura más vieja y autoritaria. Tanner aparece en esta película con un estio totalmente distinto. Interpretado por Michael Kitchen, discute la crisis relacionada con las instalaciones de Severnaya con Bond y M. Cuando ésta le escucha referirse a ella como «la malvada reina de los números», su jefa le responde de forma graciosa, aunque avergonzándolo.