Antes de Connery
En 1953, Ian Fleming publicó la primera novela de James Bond, “Casino Royale”, en la cual Vesper Lynd describía a Bond como parecido a Hoagy Carmichael (1899-1981), compositor y también actor. En 1954 Fleming vendió los derechos a la cadena de televisión CBS, pero nadie tuvo en cuenta el comentario de Vesper. El papel fue ofrecido a Barry Nelson quien aceptó porque quería trabajar con Peter Lorre, del cual era gran admirador.
Hoagy Carmichael Barry Nelson
Nadie quedó muy convencido con los resultados, aun así los derechos de “Casino Royale” fueron comprados por el extravagante actor y director ruso Gregory Ratoff, quien opinaba que James Bond debía ser interpretado por… Pero para que nos crean será mejor que escuchemos a Lorenzo Semple Jr, más tarde guionista de “Nunca digas nunca jamás”. El Cairo, 1955: “Gregory había estado actuando en un film titulado ‘The Royal Bed’ [más conocido como “Abdulla the Great”], sobre el rey Faruk. Fue un gran fraude. Todo el mundo estaba intentando sustraer tanto dinero como fuera posible de los promotores italianos, a quienes no se les permitía entrar al país. Gregory consiguió 10.000 libras en efectivo, y buscaba un medio para salir de Egipto. Se puso de rodillas en el aeropuerto de El Cairo y rezó: ‘Dios es mi testigo, si salgo con este dinero, comparé la revista TIME cuando aterricemos en Atenas, y usaré el dinero para comprar los derechos cinematográficos del primer libro del que lea una crítica’.”.
El libro resultó ser “Casino Royale”. Ratoff tomó prestado dinero del entonces jefe de la 20th Century Fox, Darryl Zanuck, y de su antiguo amigo y productor Charles K. Feldman y pagó, junto con Michael Garrison, 6.000 dólares a Fleming por los derechos. Durante los siguientes cinco años, Ratoff intentó llevar a James Bond a la pantalla de plata, sin éxito. “Yo era un brillante joven recién licenciado. Gregory me contrató para escribir el guión. Trabajé sin descanso, pero fue muy divertido. Viajábamos por el mundo, mientras él jugaba en casinos, supuestamente haciendo investigación. Él era demasiado anticuado para trabajar, así que yo me sentaba ante la máquina de escribir durante cuatro o cinco horas al día en el hotel donde nos alojáramos, y sencillamente producía páginas y páginas de escenas. Probablemente escribí varios guiones durante un año viajando por Europa. Gregory pensaba que la historia era demasiado tonta. Dijo: ‘Nadie creerá este James Bond, así que lo convertiremos en mujer. Entonces será una gran película’. La idea era escribirlo como vehículo para la actriz Susan Hayward (derecha)”.
Susan Hayward (1917-1975), ganadora del Oscar y del Globo de Oro, fue una de las principales actrices dramáticas de la época dorada de Hollywood. Pero desde nuestro punto de vista… a veces uno agradece los fracasos.
En 1955, John Payne negoció y compró los derechos de “Moonraker”, pagando por una opción mensual de mil dólares durante nueve meses. Aparentemente, al final habría renunciado a la opción al darse cuenta de que no podía hacerse con los derechos de toda la serie. Además, se dice que había problemas entre los agentes americanos e ingleses del creador de Bond. En 1956, la Rank Organisation, vía Ian Hunter, compró a Fleming una opción sobre la novela “Moonraker”. Fleming estipuló la cantidad de mil libras por adelantado y diez mil libras por los derechos de la película. Rank no desarrolló ningún material y en la primavera de 1959 devolvió los derechos.
En 1958 surgió una posibilidad seria de llevar a James Bond a la pantalla grande con una historia original, no basada en ninguna novela, inicialmente bajo el título “James Bond, Secret Agent”. El proyecto, concebido por Kevin McClory, terminó de forma desastrosa en los tribunales, pero mientras tanto Jack Wittingham concibió el guión para un film titulado “Thunderball”. Robert Sellers, en su libro “The Battle for Bond”, informa extensamente sobre los candidatos a James Bond para esta abortada producción.
Con la pre-producción en marcha aparecieron noticias en la prensa especializada, y por primera vez se especuló con quién interpretaría a James Bond. Entre los candidatos ingleses estaban George Baker (1931-), Stanley Baker (1928-1976), Michael Craig (1928-), Peter Cushing (1913-1984), Peter O’Toole (1932-), Richard Todd (1919-2009) y Donald Sinden (1923-).
Stanly Baker Michael Craig
Peter Cushing Donald Sinden Richard Todd
O’Toole alcanzaría el estrellato con “Lawrence de Arabia” (“Lawrence of Arabia”, 1962), y haría un cameo en el “Casino Royale” de 1967.
Peter O’Toole
El actor George Baker quien, casualidades de la vida, había sido en 1958 el protagonista de un film de aventuras de época titulado “The Moonraker”, gustaba a Fleming para Bond.
En el audio-comentario del DVD de “Al servicio secreto de Su Majestad”, el actor cuenta lo siguiente: “Yo tenía contrato con la ABPC [Associated British Picture Corporation] y Robert Clark era el consejero delegado. Por entonces se llamaba de otra manera. Estábamos comiendo en el Mirabelle, un restaurante londinense estupendo. Entonces Ian Fleming se nos acercó. Nos dijo: ‘Robert, tienes que hacer los libros de James Bond. Y tienes a James Bond sentado a tu lado’. Robert Clark le respondió: ‘Ian, nunca llegarán al cine’. Fue una pena. Perdió su oportunidad”.
Entre los americanos, se consideró a las estrellas Montgomery Clift (1920-1966), James Garner (1928) (protagonista de la serie “Maverick” donde coincidiría con Roger Moore) y William Holden (1918-1981). Hay que recordar que la imagen de 007 no estaba establecida, y se consideraba que un actor americano aumentaría la taquilla en los Estados Unidos. Esto era importante, dada la envergadura del proyecto y que el dinero vendría de América.
Montgomery Clift James Gardner William Holden
Bond era muy popular en Inglaterra, no sólo por las novelas, sino porque aparecía en tiras gráficas en el periódico “Daily Express”. El entusiasmo general por Bond alcanzo el extremo de que la productora, y también Fleming, recibieron multitud de cartas en las cuales se proponía el Bond ideal.
En una carta dirigida a Ivar Bryce, de fecha 11 de agosto de 1959, Fleming escribió:
“¡Tanto [Paul] Dehn como yo pensamos que Richard Burton sería de lejos el mejor James Bond!”. Con diez años más, podemos ver a Burton (1925-1984) en la aventura de acción y espionaje durante la Segunda Guerra Mundial,
“El desafío de las águilas” (
“Where Eagles Dare”, 1968). También haría un memorable papel anti-Bond en
“El espía que surgió del frío” (
“The Spy Who Came in from the Cold”, 1965).
Guy Masterson, cuya abuela Cissy fue tía de Richard Burton (derecha), cuenta en una entrevista publicada el 24 de septiembre de 2007 en el Daily Express, que Ian Fleming quería al actor galés para protagonizar “Dr. No”. Es un error de Masterson; por la fecha ha de tratarse de este proyecto. Pero Burton no vio ningún potencial en la historia, etiquetándola como “sólo otra película”. “Me dijo que Ian Fleming le había pedido que interpretara a Bond. Pero por entonces, en 1959, Bond era un concepto nuevo; nadie tenía idea de que se volvería tan grande como lo hizo”.
Por esta época, en la televisión americana se estudiaba realizar una adaptación de “Desde Rusia con amor”, con James Mason (1909-1984) como Bond, pero nunca se llevó a cabo. Mason había estado genial como el espía Ulysses Diello, alias “Cicerón”, en la recreación del caso real de espionaje narrado en la película “Operación Cicerón” (“Five Fingers”, 1952) y mostrado su elegancia como Rupert de Henztau en el clásico de acción y aventura “El prisionero de Zenda” (“The Prisoner of Zenda”, 1952). A Fleming no le convencía, ya que escribió a Bryce: “Así que si sucediera lo peor de lo peor, estaríamos obligados a utilizarle”. Aunque Christopher Lee asevera que su primo Ian Fleming cambió de opinión, ya que le dijo que Mason era su elección preferida como Bond.
Después Mason interpretaría a un espía realista en “Llamada para el muerto” (“The Deadly Affair”, 1966), basada en la novela de John Lecarre.
Trevor Howard (1913-1988) era el preferido del productor Kevin McClory, y en junio de 1959 se reunió con el actor al menos dos veces para discutirlo. A Fleming le parecía que el actor era demasiado mayor para el papel y que se requería alguien de treinta y pocos años. Fleming sugirió a Peter Finch… quién era un solo año menor que Howard. Fleming escribió de forma premonitoria: “Sería más feliz si el papel fuera dado a un joven actor desconocido, con estrellas establecidas interpretando los otros papeles”.
Trevor Howard
Dirk Bogarde (1921-1999) también fue considerado, pero al estar muy solicitado, “probablemente estará comprometido para nuestro calendario en exteriores”, según escribió Leigh Aman a McClory. “Podría, sin embargo, estar libre. Su tarifa es de 30.000 libras”.
Bogarde protagonizó una de las primeras parodias Bond: “Demasiado cálido para Junio” («Hot Enough for June», 1964) y también fue el villano Gabriel en “Modesty Blaise, superagente femenina” (“Modesty Blaise”, 1966).
Dirk Bogarde
Según McClory, Richard Harris (1930-2002), entonces en el inicio de su carrera, fue entrevistado para el papel de Bond en noviembre de 1959.
Richard Harris
También se consideraron opciones más exóticas. En Nueva York, McClory cenó con Ingemar Johansson (1934), campeón mundial de boxeo en la categoría de pesos pesados, quien según McClory “está buscando iniciar una carrera de actor y, Dios mío, haría un maravilloso James Bond. Desgraciadamente, no creo que podamos hacer nada con su acento sueco… Si tan solo pudiéramos doblar su voz”. La sugerencia más lunática correspondió a Laurence Evans, quien defendió elegir a alguien que se llamara realmente James Bond.
Ingemar Johansson
Tras su éxito “Con la muerte en los talones” (“North by Northwest”, 1959) se consideró que el director ideal podría ser Alfred Hitchcock, ofreciéndole el guión para su lectura. El mago del suspense dijo que le gustaba mucho y que le parecía ideal para James Stewart (1908-1997). Este actor es sin duda uno de los gigantes del cine, pero tenía ya 51 años. Por otra parte, cuando “Hitch” se ocupaba de un film, lo hacía totalmente a su modo, cosa que los productores no deseaban.
James Stewart
En 1960, una vez terminado el guión de Jack Whittingham, McClory lo presentó a la división cinematográfica de la MCA (Music Corporation of America) para buscar financiación. Según
un memorandum, era
“un excelente primer guión del cual puede producirse una excelente película comercial”, y
“Mr. Fleming mencionó a David Niven (derecha). Otro pensamiento podría ser contactar con la Fox e intentar obtener los servicios de Stephen Boyd. Según esta línea de pensamiento la combinación de Peter Finch y la Warner Bros también podría tener sentido”. Pero cuando Fleming vio a Jules Stein personalmente, el agente no estaba tan entusiasmado con Bond. En lo que al protagonista concierne, pensaba que
“David Niven sería una elección buena, pero que Burl Ives no ayudaría mucho en el mercado”.
David Niven (1910-1983) tenía entonces 50 años. Seguía siendo un actor maravilloso, la encarnación del gentleman inglés, y la distinción de ser nombrado en las novelas “Al servicio secreto de Su Majestad” y “Sólo se vive dos veces”, pero ya le quedaban un poco lejos sus papeles aventureros en películas coloniales.
Aun así, durante la fiebre de películas de espías generadas por 007 en los años 60, protagonizó “¿Dónde están los espías?” (“Where the Spies Are”, 1965), cuyo lema era “¡Desde Rusia, Beirut, Londres, Roma y Biblos con AMOR!”.
Boyd (1931-1977) era conocido por su Mesala en “Ben-Hur” y sería un agente secreto en la aventura de ciencia-ficción “Viaje Alucinante” (“Fantastic Voyage”, 1966).
Stephen Boyd
Finch (1916-1977) fue uno de los mejores actores ingleses y llegó a ganar cinco premios de la Academia Británica de Cine y un Oscar.
Peter Finch
En cuanto a Ives (1909-1995), dados sus cincuenta años y oronda figura, es de suponer que se le considerara para Blofeld.
Burl Ives
Pero el tiempo pasaba mientras aumentaban los problemas del proyecto. Fleming perdió interés e imprudentemente publicó su novela “Thunderball”. McClory fue a juicio y la película quedó indefinidamente en el limbo.
En la primera semana de julio de 1960 aparecieron en la prensa noticias de que la productora norteamericana Fox iba a producir su propia película Bond, basada en “Casino Royale”, cuyos derechos Fleming había vendido en 1954. Según esas noticias, Peter Finch sería 007.
Todd McCarthy, en su biografía de Howard Hawks, cuenta que este fascinante director estuvo interesado por James Bond y en 1962 pensó en realizar un film basado en “Casino Royale”. Los derechos de la novela habían sido adquiridos por Charles K. Feldman, quien había formado una productora con Hawks en los años 40. Ambos hombres trabajaron en el proyecto, y progresó lo suficiente para encargar un guión a Leigh Brackett. Pero Hawks perdió interés al ver un avance de “Dr. No”. Hawks, según el libro de McCarthy, tenía un favorito para James Bond: Cary Grant (1904-1986).