Los hombres que pudieron ser James Bond antes de Sean Connery

Hoagy Carmichael Barry Nelson
Nadie quedó muy convencido con los resultados, aun así los derechos de “Casino Royale” fueron comprados por el extravagante actor y director ruso Gregory Ratoff, quien opinaba que James Bond debía ser interpretado por… Pero para que nos crean será mejor que escuchemos a Lorenzo Semple Jr, más tarde guionista de “Nunca digas nunca jamás”. El Cairo, 1955: “Gregory había estado actuando en un film titulado ‘The Royal Bed’ [más conocido como “Abdulla the Great”], sobre el rey Faruk. Fue un gran fraude. Todo el mundo estaba intentando sustraer tanto dinero como fuera posible de los promotores italianos, a quienes no se les permitía entrar al país. Gregory consiguió 10.000 libras en efectivo, y buscaba un medio para salir de Egipto. Se puso de rodillas en el aeropuerto de El Cairo y rezó: ‘Dios es mi testigo, si salgo con este dinero, comparé la revista TIME cuando aterricemos en Atenas, y usaré el dinero para comprar los derechos cinematográficos del primer libro del que lea una crítica’.”.
El libro resultó ser “Casino Royale”. Ratoff tomó prestado dinero del entonces jefe de la 20th Century Fox, Darryl Zanuck, y de su antiguo amigo y productor Charles K. Feldman y pagó, junto con Michael Garrison, 6.000 dólares a Fleming por los derechos. Durante los siguientes cinco años, Ratoff intentó llevar a James Bond a la pantalla de plata, sin éxito. “Yo era un brillante joven recién licenciado. Gregory me contrató para escribir el guión. Trabajé sin descanso, pero fue muy divertido. Viajábamos por el mundo, mientras él jugaba en casinos, supuestamente haciendo investigación. Él era demasiado anticuado para trabajar, así que yo me sentaba ante la máquina de escribir durante cuatro o cinco horas al día en el hotel donde nos alojáramos, y sencillamente producía páginas y páginas de escenas. Probablemente escribí varios guiones durante un año viajando por Europa. Gregory pensaba que la historia era demasiado tonta. Dijo: ‘Nadie creerá este James Bond, así que lo convertiremos en mujer. Entonces será una gran película’. La idea era escribirlo como vehículo para la actriz Susan Hayward (derecha)”.

Stanly Baker Michael Craig


Peter O’Toole
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El actor George Baker quien, casualidades de la vida, había sido en 1958 el protagonista de un film de aventuras de época titulado “The Moonraker”, gustaba a Fleming para Bond.
En el audio-comentario del DVD de “Al servicio secreto de Su Majestad”, el actor cuenta lo siguiente: “Yo tenía contrato con la ABPC [Associated British Picture Corporation] y Robert Clark era el consejero delegado. Por entonces se llamaba de otra manera. Estábamos comiendo en el Mirabelle, un restaurante londinense estupendo. Entonces Ian Fleming se nos acercó. Nos dijo: ‘Robert, tienes que hacer los libros de James Bond. Y tienes a James Bond sentado a tu lado’. Robert Clark le respondió: ‘Ian, nunca llegarán al cine’. Fue una pena. Perdió su oportunidad”.
Entre los americanos, se consideró a las estrellas Montgomery Clift (1920-1966), James Garner (1928) (protagonista de la serie “Maverick” donde coincidiría con Roger Moore) y William Holden (1918-1981). Hay que recordar que la imagen de 007 no estaba establecida, y se consideraba que un actor americano aumentaría la taquilla en los Estados Unidos. Esto era importante, dada la envergadura del proyecto y que el dinero vendría de América.

En una carta dirigida a Ivar Bryce, de fecha 11 de agosto de 1959, Fleming escribió: “¡Tanto [Paul] Dehn como yo pensamos que Richard Burton sería de lejos el mejor James Bond!”. Con diez años más, podemos ver a Burton (1925-1984) en la aventura de acción y espionaje durante la Segunda Guerra Mundial, “El desafío de las águilas” (“Where Eagles Dare”, 1968). También haría un memorable papel anti-Bond en “El espía que surgió del frío” (“The Spy Who Came in from the Cold”, 1965).
Por esta época, en la televisión americana se estudiaba realizar una adaptación de “Desde Rusia con amor”, con James Mason (1909-1984) como Bond, pero nunca se llevó a cabo. Mason había estado genial como el espía Ulysses Diello, alias “Cicerón”, en la recreación del caso real de espionaje narrado en la película “Operación Cicerón” (“Five Fingers”, 1952) y mostrado su elegancia como Rupert de Henztau en el clásico de acción y aventura “El prisionero de Zenda” (“The Prisoner of Zenda”, 1952). A Fleming no le convencía, ya que escribió a Bryce: “Así que si sucediera lo peor de lo peor, estaríamos obligados a utilizarle”. Aunque Christopher Lee asevera que su primo Ian Fleming cambió de opinión, ya que le dijo que Mason era su elección preferida como Bond.

Trevor Howard
Dirk Bogarde (1921-1999) también fue considerado, pero al estar muy solicitado, “probablemente estará comprometido para nuestro calendario en exteriores”, según escribió Leigh Aman a McClory. “Podría, sin embargo, estar libre. Su tarifa es de 30.000 libras”.

Dirk Bogarde
Según McClory, Richard Harris (1930-2002), entonces en el inicio de su carrera, fue entrevistado para el papel de Bond en noviembre de 1959.

También se consideraron opciones más exóticas. En Nueva York, McClory cenó con Ingemar Johansson (1934), campeón mundial de boxeo en la categoría de pesos pesados, quien según McClory “está buscando iniciar una carrera de actor y, Dios mío, haría un maravilloso James Bond. Desgraciadamente, no creo que podamos hacer nada con su acento sueco… Si tan solo pudiéramos doblar su voz”. La sugerencia más lunática correspondió a Laurence Evans, quien defendió elegir a alguien que se llamara realmente James Bond.

Tras su éxito “Con la muerte en los talones” (“North by Northwest”, 1959) se consideró que el director ideal podría ser Alfred Hitchcock, ofreciéndole el guión para su lectura. El mago del suspense dijo que le gustaba mucho y que le parecía ideal para James Stewart (1908-1997). Este actor es sin duda uno de los gigantes del cine, pero tenía ya 51 años. Por otra parte, cuando “Hitch” se ocupaba de un film, lo hacía totalmente a su modo, cosa que los productores no deseaban.

un memorandum, era “un excelente primer guión del cual puede producirse una excelente película comercial”, y “Mr. Fleming mencionó a David Niven (derecha). Otro pensamiento podría ser contactar con la Fox e intentar obtener los servicios de Stephen Boyd. Según esta línea de pensamiento la combinación de Peter Finch y la Warner Bros también podría tener sentido”. Pero cuando Fleming vio a Jules Stein personalmente, el agente no estaba tan entusiasmado con Bond. En lo que al protagonista concierne, pensaba que “David Niven sería una elección buena, pero que Burl Ives no ayudaría mucho en el mercado”.David Niven (1910-1983) tenía entonces 50 años. Seguía siendo un actor maravilloso, la encarnación del gentleman inglés, y la distinción de ser nombrado en las novelas “Al servicio secreto de Su Majestad” y “Sólo se vive dos veces”, pero ya le quedaban un poco lejos sus papeles aventureros en películas coloniales.

Finch (1916-1977) fue uno de los mejores actores ingleses y llegó a ganar cinco premios de la Academia Británica de Cine y un Oscar.

En cuanto a Ives (1909-1995), dados sus cincuenta años y oronda figura, es de suponer que se le considerara para Blofeld.


En la primera semana de julio de 1960 aparecieron en la prensa noticias de que la productora norteamericana Fox iba a producir su propia película Bond, basada en “Casino Royale”, cuyos derechos Fleming había vendido en 1954. Según esas noticias, Peter Finch sería 007.