Los hombres que pudieron ser James Bond durante el periodo en que finalmente se consiguió el regreso de Sean Connery para interpretar a 007

El regreso de Connery

Incluso durante el rodaje de su primera película, Lazenby mostró no estar conforme con su draconiano contrato, el cual realmente nunca llegó a firmar, declarando en público que no deseaba seguir con 007. En una entrevista para Swindonweb a Lazenby se le preguntaba si era cierto que los productores le habían enviado un cheque para “Diamantes para la eternidad” y él lo había devuelto. “Tenía un contrato por siete años que nunca firmé –responde Lazenby-. Al tercer año desde su inicio, el cheque se incrementaba, pero el abogado me dijo que si aceptaba el cheque era como si firmara el contrato. Y puedo decirle, no me sobraba efectivo en ese momento. Estaba viviendo por encima de mis posibilidades. ¡Muy por encima!”

A partir de aquí comenzaron negociaciones entre los productores y Lazenby, llegándose a proponer nada menos que un contrato según el cual Lazenby interpretaría a Bond durante veinte años, ¡hasta 1988! Sin embargo, Ronan O’Rahilly, el manager de Lazenby, le convenció de que Bond se convertiría en breve en un “dinosaurio cultural”, y tal contrato no se firmó. Entonces, el co-productor Harry Saltzman y United Artists le ofrecieron a George Lazenby protagonizar “Diamantes para la eternidad”, pagándole un millón de dólares. Lazenby y su manager exigieron dos millones de dólares, añadiendo además que ya no haría más Bonds. Saltzman y la UA hubieran pagado, pero el co-productor Cubby Broccoli rehusó pagar esa suma “indignante”.

Con Lazenby fuera de juego, los productores decidieron dar un cambio de rumbo radical, americanizando a Bond. Más aún, el próximo Bond en “Diamantes para la eternidad” sería un actor norteamericano. Por ejemplo, los productores consideraron a Adam West (1928-). Era extremadamente popular por personificar a Batman en la serie de televisión e incluso había interpretado a un personaje a lo Bond para un anuncio de Quik de Nestle. En su autobiografía dice que Cubby Broccoli le ofreció el trabajo en 1970 y él lo consideró seriamente, pero finalmente decidió que Bond debería ser interpretado por un inglés: “Debo admitir que fui tentado. Pero el gran problema, como yo lo veo, es que no era británico. Todavía creo que hice lo correcto, especialmente cuando considero como el australiano George Lazenby se quemó por su única aparición en el papel”. Dana Broccoli recuerda: “Adam West estaba en una gira publicitaria en Londres. Vino y tenía un contrato para hacer de Batman. Podríamos decir que hablaron de ello. Se le consideró para el papel”.

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Adam West

En una entrevista publicada el 14 de febrero de 2009 en el Daily Mail, Robert Wagner (1930-) explicaba que en 1971 tuvo su oportunidad: “El productor Cubby Broccoli me hizo el gran honor de sugerir que interpretara a James Bond. No hubo oferta formal pero Cubby pensaba que yo era un candidato viable para reemplazar a Lazenby. Pensé la sugerencia de Cubby durante dos segundos, pero comprendí que no quedaría bien. Soy demasiado americano –dije a Cubby-. James Bond debe ser inglés. Roger Moore es tu hombre”.

Ya en los años 90, Wagner fue el graciosísimo “Número Dos” del Doctor Maligno en las parodias de Austin Powers.

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Robert Wagner

A Clint Eastwood (1930-) también le ofrecieron ser Bond. Lo reveló el 10 de febrero de 2010 en diversos diarios. Acababa de protagonizar el éxito “Harry el sucio” (“Dirty Harry”, 1971) y, como Wagner, lo rechazó porque “pienso que James Bond debe ser británico. Yo soy de ascendencia británica pero, por eso mismo, pienso que este debería ser más de la cultura de allí, y además, ese no es mi estilo”.

Eastwood interpretó a un agente con licencia para matar en… “Licencia para matar” (“The Eiger Sanction”, 1975). El título español de este film obligó a que la segunda de Dalton se titulara en España “007 Licencia para matar”.

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Clint Eastwood

También fueron probados actores ingleses.

Simon Oates (1932-2009) fue un habitual del teatro y la televisión inglesa. Apareció regularmente como Anthony Kelly en la serie de espionaje de los sesenta “The Mask of Janus” y su derivación “The Spies”. También apareció en 1971 como John Steed en una adaptación para el teatro de la serie “Los Vengadores”. Su hijo, Justin Brett, también actor, dijo que a su padre le ofrecieron el papel de Bond en “Diamantes para la eternidad”, pero que Sean Connery cambió de opinión. Según su obituario en el “Times” (14 de junio de 2009), otras fuentes sugieren que Oates fue candidato para “Vive y deja morir” antes de que Roger Moore fuera confirmado como 007.

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Simon Oates

Otros actores de la televisión inglesa considerados fueron John Ronane (1933) y Michael McStay (1933).

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John Ronane                                                                   Michael McStay

Un actor quien sería reiteradamente probado para James Bond es Michael Billington (1941-2005). En la página dedicada a su persona él mismo cuenta la historia: “Cuando supe que los productores me tenían en mente para reemplazar a Sean Connery tuve sensaciones contradictorias… me sentía excitado por la perspectiva de convertirme, incluso por breve tiempo, en una ‘Estrella de Cine’, pero también era consciente de que me podía salir el tiro por la culata y podía convertirme en inempleable una vez terminara mi empleo como Bond. Tenía la ambición de una larga carrera en el cine y no podía ver que la ‘cosa Bond’ durara mucho más una vez que Sean Connery, de lejos el mejor Bond, lo dejara. Creo que debo enfatizar el poder del impacto de Connery. Fue formidable. Realmente, no quería ser un ‘casi Bond’. Incluso pensando que podía interpretarlo bien temía quedar para siempre como ‘segundo mejor’. Sin embargo, imaginé que cualquier publicidad sobre mi conexión con el papel podría mejorar mis oportunidades de conseguir papeles en buenas películas sin realmente interpretar a Bond. Fue una elección difícil en mi carrera… Bud Ornstein, entonces Jefe de Producción en United Artists en Europa, me vio en el teatro y me pidió reunirme con él en las oficinas de UA. Me dijo que quería hacer algunas fotografías y enseñárselas a Harry Saltzman. Unas semanas después recibí una llamada de Dyson Lovell para un encuentro con Peter Hunt para ‘Al servicio secreto de Su Majestad’, pero yo creía… que ya tenían a George Lazenby bajo contrato, aunque claramente esperaban que Connery podía capitular. Cuando vi una fotografía de Lazenby pensé que tenía el aspecto perfecto para el papel, así que consecuentemente me desentendí. No oí nada más hasta la época de “Diamantes para la eternidad”… Estaba filmando la serie de televisión “OVNI”, cuando Harry Saltzman llegó para ver metraje de la filmación, ya que planeaba hacer “Moonraker” a continuación y buscaba un experto en efectos especiales. La productora Sylvia Anderson, también una competente directora de reparto, sugirió que yo podía estar bien para interpretar a Bond si la cosa seguía adelante y tengo que decir que hubo alguna prueba de que el papel de ‘Foster’ que yo interpretaba podría, con un poco de arreglo, haber conseguido el papel. Eso no sucedió”.

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Michael Billington y su prueba como Bond

Albert R. Broccoli mencionó que Michael Gambon (1940-) fue otro posible candidato, aunque la United Artists era reacia a contratar a otro actor relativamente desconocido. Siendo ya un muy respetado astro de la escena, Sir Michael Gambon, en una entrevista grabada el 7 de noviembre de 2000, explicó como había sido probado para 007 en 1970. “Me ofrecieron café y bagels en aquella casa en Mayfair, y tuve una agradable charla con Cubby. Me pidió que hiciera varias escenas y después de cada una decía ‘sé más romántico’, ‘sé más asertivo’ o lo que fuera. Finalmente dije: ‘Sabes Cubby, ayudaría si supiera para que papel estoy haciendo la prueba’. Cubby pareció estupefacto y dijo: ‘Bond, por supuesto’. (sonidos de incredulidad en la audiencia) No podía creerlo. Era ridículo. ‘Pero Cubby. ¡Soy calvo!’ ‘No importa, también Sean. Simplemente te pegaremos una peluca’. ‘Pero Cubby, ¡tengo una dentadura terrible! Mis dientes son como los de un caballo’. ‘No importa. Te llevaremos a Harley Street… tendrás una sonrisa perfecta para el viernes’. ‘Pero Cubby, mi forma física es terrible. ¡Tengo tetas como una mujer!’ ‘No importa. También Sean. Solíamos vendarle con bolsas de hielo antes de cada escena de amor’. En cualquier caso, Cubby habló durante un rato y eventualmente estuve completamente convencido de que tenía el papel. Bajé saltando las escaleras sólo para encontrar a otros 19 actores que también iban a la audición”.

No nos escandalicemos con Cubby pensando en el aspecto maduro de Gambon. El intérprete de Albus Dumbledore en las películas de Harry Potter exagera un poco, por supuesto, ya que si bien perdió pronto el pelo, tenía en su juventud un aspecto más adecuado para Bond.

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Michael Gambon

Asimismo, Sir Michael confirmó que la primera opción de Cubby para el papel era Patrick Mower (1940-), un joven actor británico. Mower medía metro ochenta y seis, con pelo negro y ojos azules. Desafortunadamente, tras lo que Sir Michael describió como “el fiasco George Lazenby”, United Artists se oponía a contratar a un desconocido. En su autobiografía “Patrick Mower. My Story”, el propio actor revela que realizó hasta cinco audiciones para el papel, pero que no lo consiguió porque los productores creyeron que era demasiado joven. Mower había conseguido un enorme éxito en los años setenta con varios filmes de horror y con la serie de la BBC “Target”, con Mower como Steve Hackett de la Regional Crime Squad. Su compañero era Jeremy Bulloch (Boba Fett en “La guerra de las galaxias” y Smithers en la saga 007). La serie fue un gran éxito pero se canceló tras dos temporadas debido a su violencia. Mower sería posteriormente el elegante super-espía Jason Dane en “CI5: The New Professionals”.

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Patrick Mower

Otros nombres que afloraron en las reuniones de los productores para el papel fueron William Franklyn, Patrick McGoohan, y Michael Craig.

Harry Saltzman quería a Roger Moore para el papel, pero este estaba ahora bajo contrato con la serie “Los Persuasores” (“The Persuaders!”, 1971), por lo cual de nuevo no pudo aceptar.

De nuevo Timothy Dalton fue considerado y de nuevo declinó, todavía sintiendo que era demasiado joven y que Connery era en su opinión demasiado bueno para ser reemplazado.

El Productor Asociado Stanley Solpel recuerda: “Fuimos a Estados Unidos, Guy [Hamilton], Cubby, Harry y yo, para buscar nuevos Bonds”. Allí Cubby conoció a un espléndido actor americano llamado John Gavin (1928-2018), a quien finalmente, aunque la reacción de United Artists no fue enteramente favorable, se contrató. Su papel más destacado en Estados Unidos había sido el novio de la chica asesinada en “Psicosis”, de Hitchcock… y entre 1952-55 había servido como oficial de inteligencia en la Marina de los Estados Unidos.

Gavin ya había interpretado a un agente secreto similar a Bond. La película es “No hay flores para OSS 117” (“Pas de roses pour OSS117”, Francia, 1968). Se puede decir que OSS 117 es el 007 francés. Creado por el novelista Jean Bruce, es un superagente elegante y mujeriego. Tras el impacto de la serie Bond, en los años sesenta se rodaron cinco películas de este personaje, y la última, la única que rodó Gavin, fue esta. Por cierto, el malo es Curt Jurdgens, el Stromberg de “La espía que me amó”. Además, para justificar que Gavin reemplazaba en ese papel a Frederick Stafford (famoso por “Topaz”, de Hitchcock), la trama incluye una operación de cirugía estética, idea que se barajó para “Al servicio secreto de Su Majestad”.

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John Gavin. Arriba en OSS117

Pero en su camino se cruzó la exacción Eady.

Por un lado, United Artists estaba inquieta y quería recuperar a Sean Connery a toda costa. Por otro, Harry y Cubby no querían rogar a un actor reticente que tomara el papel. David Picker, presidente de United Artists, tuvo una idea.

Para ayudar a los productores británicos, se había creado la exacción Eady (Eady Levy en inglés, vigente desde 1957 hasta 1985), llamada así por Sir Wilfred Eady. Consistía en separar una parte del precio de las entradas de cine. La mitad de esa parte era devuelta a los exhibidores mediante desgravación de impuestos y la otra mitad se repartía solo entre los filmes británicos en proporción a su recaudación, sin obligación de invertir en otra producción. Así, parte de la recaudación de las películas no inglesas revertía hacia las inglesas. Esta política fiscal incentivó un flujo de productores estadounidenses al Reino Unido, incluido Cubby Broccoli.

Una película Bond con el genuino Sean Connery obtendría una gran recaudación, y eso supondría un proporcional y considerable beneficio extra gracias a la exacción Eady. David Picker indicó que contando con ese beneficio era posible pagar a Connery un salario de hasta dos millones de dólares.

Broccoli y Saltzman pidieron a Ursula Andress que hablara con Sean y le hiciera la oferta. Tras una semana Connery respondió. Estaba dispuesto a volver. Había creado una fundación para ayudar a artistas escoceses y necesitaba dinero para respaldarla. Pedía un millón de libras esterlinas (un millón doscientos cincuenta mil dólares) por protagonizar “Diamantes para la eternidad”.

A John Gavin le explicaron la situación y se resignó, renunciando voluntariamente a cobrar. Según cuenta Cubby en su autobiografía, quedó impresionado por la caballerosidad de Gavin e insistió en que el actor recibiera el salario completo de su contrato: cincuenta mil dólares.

Gavin continuó actuando algunos años más, aunque cambió de profesión, y entre 1981 y 1986 fue embajador de los Estados Unidos en México durante la administración Reagan.

Connery filmó “Diamantes para la eternidad” por la cantidad estipulada más un 12,5% de los beneficios, lo que le supuso un salario total de seis millones de dólares. Afirmó que “nunca jamás” volvería a ser James Bond. Pero, ¡ah!, nunca digas nunca jamás.